El 2 de agosto de 1934 tras la muerte del Presidente y héroe de guerra, Paul Von Hindenburg, el que por entonces era Canciller, Adolf Hitler, decide reunir bajo su mano la Presidencia de Alemania y la Cancillería, creando la figura del Führer. De esta manera empezaba el reina del terror en Alemania y en Europa, con esta decisión se daba el primer paso para la creación del III Reich, aquel que estaba destinado a durar 1.000 años.
¿Pero el ascenso del Partido Nacional Socialista hasta la cúspide del poder fue obra de una sola persona o necesitó la ayuda de otros para conseguir ese fin? En la entrada de esta semana veremos como Hitler se fue rodeando poco a poco de fieles colaboradores que le apoyaron en su meteórica carrera política.
El germen de todo lo encontramos en un día, el 11 de noviembre de 1918 a las 11 de la mañana, cuando se firmaba el armisticio entre las naciones aliadas y el Imperio alemán, en un vagón de un tren situado en el bosque de Compiégne. La derrota y la abdicación del Kaisser provocaron en Alemania oleadas de revueltas. Toda esta inestabilidad política iba acompañada de una fuerte crisis económica y social, que fue el ambiente que se encontró en la calle el cabo Adolf Hitler al salir del Hospital de Pasewalk. Un joven cabo, veterano de la I Guerra Mundial, que en su mente ya encontraba unos culpables a toda esta situación: los judíos y los comunistas. El día 21 de noviembre de 1918 Hitler se presentó en su cuartel para volver al servicio, y tras varios cambios de destino terminó en el servicio de inteligencia militar, que le encomendó vigilar a un pequeño partido denominado Partido Obrero Alemán (DAP), al que pertenecía, Alfred Rosenberg
El 12 de septiembre Hitler asistió por primera vez a un mitin del Partido, un oyente se levantó y defendió el separatismo bávaro frente al ideal del Partido Obrero Alemán. Hitler no pudo contenerse y replicó con tal intensidad que llamó la atención de Anton Drexler, quien le animó a volver y unirse al partido. Finalmente, Hitler ingresó en el partido, asignándosele el número 555.
El 16 de octubre,Hitler para que pronunció su primer discurso público. Entre ese público había alguien que sería clave en la historia del partido nazi, Ernst Röhm
Hitler también conoció a otro de los posteriores jerarcas nazis, quizá el más peculiar de todos, tanto por su personalidad como por su fin, hablamos de Rudolf Hess que fue su secretario personal, y juntos se pusieron a la labor de terminar de escribir el libro que reuniría el programa político de Adolf Hitler, el Mein Kampf.
El partido debía abrir nuevas miras, debía apuntar más alto y para ello era necesario dejarse conocer en las altas esferas sociales de Múnich, y en 1921 y durante una de esos encuentros conoció a la persona que le abriría las puertas de la alta sociedad, Goering.
Hitler se vio como el salvador de la nación, e ideó un golpe de Estado, el fallido Putsch de Munich. Cuando Hitler salió de la cárcel se encontró un partido roto, , pero en los últimos días de ese año conoció, aunque ya era miembro del partido y había participado en el Putsch, Himmler.
Ahora Hitler debía dar el gran salto a la política nacional por lo que debía aumentar su fama, y fue de esta manera como conoció a Goebbels. Con todo el equipo que acabamos de ver, Hitler fue aumentando su poder político en Alemania. En 1930 se convirtieron en la segunda fuerza política del país, pero la situación era tan convulsa que en 1932 se convocaron tres procesos electorales, en los que los nazis se convirtieron en la fuerza más votada aunque Von Hindenburg no quería entregar la Cancillería a Hitler. Pero finalmente, el 30 de enero de 1933, el Presidente nombraba Canciller a Hitler, el líder del partido nazi.
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Diario de la Guerra:
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